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Gugerotti: Vergüenza por no poder poner fin a la barbarie en Gaza

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Comunicado de www.vaticannews.va —

El Prefecto del Dicasterio para las Iglesias Orientales, en un mensaje al Patriarca Pizzaballa, habla de la tragedia que se desarrolla en Gaza ante la que permanecemos en la ventana mirando. Califica de «inhumano» el ataque israelí a la parroquia católica de la Sagrada Familia, donde encuentran refugio cientos de personas desarmadas: un acto que viola el antiguo derecho de asilo.

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En Gaza se sigue muriendo bajo las bombas, incluso haciendo fila para conseguir un poco de pan. Niños, ancianos, enfermos… la muerte no distingue. Ayer, unas cuarenta personas murieron por fuego israelí cerca de un centro de ayuda donde se agolpaba una multitud. Esta madrugada, otro niño —de apenas cuatro años— falleció por desnutrición.

En un mensaje enviado el pasado 17 de julio al patriarca latino de Jerusalén, Pierbattista Pizzaballa, el cardenal Claudio Gugerotti, prefecto del Dicasterio para las Iglesias Orientales, describió el drama que atraviesa Gaza. Habló de la “vergüenza de no ser capaces de poner fin a esta barbarie, permaneciendo como espectadores, como si todo esto no nos perteneciera, como si no fuera una profecía de muerte para toda la humanidad”.

Ante esta “devastación” que golpea a toda una población, el cardenal condenó especialmente lo que calificó como un “acto inhumano, entre tantos otros”: el ataque militar israelí contra la parroquia católica de la Sagrada Familia en Gazaocurrido tres días atrás, que dejó tres muertos y más de diez heridos. Un ataque —afirma— que “viola el antiguo derecho de asilo, reconocido como un avance de la civilización”. En esta iglesia han buscado refugio cientos de personas desde el inicio del conflicto.

Con horror, el cardenal se pregunta si este ataque fue “deliberado y premeditado”. Expresó su cercanía a los heridos y al párroco, el padre Gabriel Romanelli, quien continúa brindando acogida a quienes lo necesitan. Agradeció al patriarca Pizzaballa y a toda la comunidad cristiana de Tierra Santa por su “testimonio de humanidad y fraternidad” y por su cercanía a los que han sido “abandonados al borde del camino de esta historia humana compartida”.

“Los acompañamos con la oración —concluyó el cardenal Gugerotti— para que Dios irrumpe entre esta multitud de sordos y ciegos que prefieren el estruendo de las armas, solo porque les impide oír el grito desgarrador de los olvidados. Dios es juez, sobre todo allí donde la justicia es ignorada y pisoteada, allí donde se intenta matar al mismo Dios, que se identifica con la víctima que nadie defiende. Que Él nos conceda despertar de nuestro letargo”.

Se publicó primero como Gugerotti: Vergüenza por no poder poner fin a la barbarie en Gaza

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