Comunicado de www.vaticannews.va —
El cardenal Pedro Barreto destacó que el Papa Francisco dejó un legado invaluable en la Amazonía al impulsar la sinodalidad, promover el respeto a los pueblos indígenas y defender el cuidado de la Casa Común, especialmente a través del Sínodo Amazónico y la exhortación Querida Amazonía. Aunque aún hay procesos abiertos como el rito amazónico, Barreto subraya la inclusión de mujeres indígenas en el liderazgo eclesial como un gran avance.
Patricia Ynestroza-Ciudad del Vaticano
El cardenal Pedro Barreto, presidente de la Conferencia Eclesial de la Amazonía (Ceama), ofreció una reflexión profunda sobre el legado del Papa Francisco en la región amazónica. Para Barreto, el pontífice argentino ha sido un verdadero «regalo» para la Iglesia en esta zona, no solo por sus palabras y enseñanzas, sino también por el compromiso concreto que ha demostrado con los pueblos indígenas y con la defensa del territorio. Destacó especialmente la exhortación apostólica Querida Amazoníala cual abrió un camino inédito para la sinodalidad en la región y marcó un antes y un después en la manera en que la Iglesia acompaña a los pueblos amazónicos.
Según Barreto, la acción de Francisco ha sido como una «caricia de Dios» para las comunidades originarias, afectadas históricamente por el sufrimiento, el abandono y la degradación ambiental. El Papa no solo les dio voz, sino que impulsó una visión pastoral centrada en el respeto a las culturas, los derechos humanos y el cuidado de la Casa Común. Para la Iglesia en la Amazonía, su pontificado significó un impulso renovador, basado en la escucha y la inclusión de los pueblos originarios.
Qué faltó aún por hacer en la región
Sobre lo que aún queda por hacer, el cardenal mencionó que Francisco no cerró los temas importantes, sino que dejó abiertos muchos procesos que deben continuar. Subrayó como logros el Sínodo para la Amazonía y el documento final que contiene más de 100 propuestas pastorales, orientadas a acompañar de forma concreta al Pueblo de Dios en esta región. Entre los avances, resaltó la creciente participación de mujeres indígenas en cargos de liderazgo dentro de la Iglesia, como es el caso de la religiosa Laura Vicuña (Brasil) y la líder Patricia Gualinga (Ecuador), vicepresidentas de Ceama.También hizo referencia al desarrollo del rito amazónicouna propuesta litúrgica en proceso que busca expresar la fe cristiana desde la identidad cultural y espiritual de los pueblos amazónicos. Aunque aún queda camino por recorrer, Barreto confía en que este rito se convertirá en una realidad gracias al trabajo serio y comprometido de muchos especialistas de la región.
Una anécdota entre el Papa y los pueblos originarios
Finalmente, compartió una anécdota muy especial que vivió junto al Papa. En una audiencia privada con las presidencias de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) y la Ceama, la hermana Laura Vicuña se dirigió al Papa llamándolo “Abuelo”, un término cargado de respeto y sabiduría en las culturas indígenas. Francisco se emocionó profundamente ante ese gesto, que simbolizó el cariño y la gratitud de los pueblos originarios hacia él. Este encuentro refleja, según Barreto, la cercanía real y transformadora que el Papa ha tenido con la Amazonía y su gente.
Transcripción de la entrevista:
Entrevista con el cardenal Pedro Barreto, presidente de la Conferencia Eclesial de Amazonía, Ceama.
¿Qué legado le dejó el Papa a la Amazonía?
Como presidente de la Ceama, el Papa Francisco, no solamente de palabra con la «Querida Amazonía», su exhortación apostólica que abrió un camino inédito para la sinodalidad en la Iglesia de la Amazonía, que abarca 105 Jurisdicciones Eclesiásticas. Además de eso, el Papa Francisco a los pueblos indígenas les ha dado una caricia de Dios. Esta caricia de Dios ha sido, yo diría, algo que no hizo olvidar históricamente el sufrimiento, el deterioro de la calidad de vida de los pueblos indígenas y de los que viven allí en la Amazonía, sino que además fue un impulso para poder seguir trabajando y soñando en el cuidado de las culturas, el cuidado de los derechos humanos, el cuidado de nuestra Casa común, sino también de construir una Iglesia que ha soñado Dios para la Amazonía. En resumen podría decir que el Papa Francisco fue el mejor regalo para la Iglesia en la Amazonía.
¿Qué sienten que faltó aún por hacer de este pontificado para la región?
En realidad para la Iglesia en la Amazonía ya tenemos dos elementos muy importantes. Un primer elemento fue el sínodo sobre la Amazonía y un segundo aspecto es el documento final aprobado por el Papa Francisco, que es complementada con la Exhortación «Querida Amazonía». Allí hay como 110 propuestas pastorales, porque el Espíritu es eminentemente pastoral, es decir acompañar a ese pueblo de Dios que peregrina en la región, que tiene una trayectoria larga de sufrimientos, de esperanza, pero también de una experiencia de fe muy profunda, porque, como muestra, hay en la presidencia de la Ceama, dos hermanas indígenas: una religiosa, la hermana Laura Vicuña, de Brasil; y la Señora Patricia Gualinga que es de Ecuador. Ellas dos, en la presidencia, aportan no solamente la visión de una mujer, sino también el sentir de los pueblos originarios, en la presidencia, al servicio de la Asamblea ordinaria que tendremos en los próximos meses, de los pueblos indígenas, representantes de las siete conferencias episcopales. Entonces, yo creo que hay cosas pendientes. El Papa Francisco con su sabiduría no ha cerrado temas. Hay temas abiertos que con el nuevo Papa y con el proceso que vamos a vivir, se irán clarificando. Lo que está más avanzado es el rito amazónico, pero que todavía tiene que pasar un buen tiempo pero hay muchos hermanos y hermanas en la Amazonía muy especializados que ya han hecho como un marco fundamental para que el rito amazónico sea una realidad prontamente.
Una anécdota con el Papa Francisco que está dentro de su corazón
Siempre sobre la Amazonía, en junio del año pasado venimos las presidencias de la Red Eclesial Panamazónica, Repam; y la presidencia de la Conferencia Eclesial de la Amazonía. Juntos nos presentamos al Papa Francisco, nos recibió en audiencia privada. Fue una experiencia muy importante, y yo iba presentando a los obispos, sacerdotes, religiosas e indígenas. Y llegó, puedo decir, porque es público, la hermana Laura Vicuña de Brasil, que es vicepresidenta de la Ceama y le dijo al Papa de frente:¡Abuelo! porque los indígenas hablan del abuelo. Y un abuelo es la persona sabia, la que señala el camino. Y yo ví la emoción del Papa Francisco, cuando esta hermana en nombre de todos los pueblos originarios le agradecía al Abuelo, a la persona sabia, a la persona que le manifestó ese cariño. Creo yo que aquí está esta cercanía del Papa Francisco, de la Iglesia en la Amazonía. Y desde la Amazonía somos conscientes que aportamos como bioma amazónico, el 20 por ciento del oxígeno del mundo entre otros privilegios para la humanidad, pero al mismo tiempo también para todos y cada uno de nosotros: la alegría y la renovación de nuestra Iglesia.
Se publicó primero como Cardenal Barreto: “Francisco fue el mejor regalo para la Iglesia en la Amazonía”